28/7/17

NOVEDADES VERANO









21/7/17

LICDO. MALPARTIDA (1440-1512)

Completada la Teología, ingresó como becario en el Colegio Mayor de San Bartolomé de Anaya, en Salamanca, con el fin de estudiar Cánones y Leyes Civiles. En aquella casa, donde los «bartolomicos» recibían docencia de los profesores de la Universidad,obtuvo el grado de licenciado en Cánones, equivalente hoya la suma de Derecho Canónico y Derecho Civil


Cronista oficial de Malpartida de Plasencia
El autor del llamado ‘Código Malpartida’ o compilación de las ‘Leyes de la Mesta’ (1499) se llamaba Francisco Sánchez, era chinato de nacencia y llevó el nombre de la patria chica como apellido más honorable. De él da noticia el historiador (Fray) Alonso Fernández (1572-1633), paisano y ascendiente familiar suyo, prior que fue del convento de San Vicente Ferrer de Plasencia (actual parador de turismo) y autor, entre otras obras, de la ‘Historia y anales de la ciudad y obispado de Plasencia’ (1627).
Francisco (Sánchez) de Malpartida o Licenciado Malpartida nació hacia 1440 en el umbral de la modernidad, es decir, cuando alboreaban las luces del Renacimiento. Aprendió las primeras letras en la aldea natal pero los latines los cursaría en Plasencia. Algunos indicios documentales apuntan a que pudo tomar lecciones de Lógica en París. Lo cierto es que, completada la Teología, ingresó como becario en el Colegio Mayor de San Bartolomé de Anaya, en Salamanca, con el fin de estudiar Cánones y Leyes Civiles. En aquella casa, donde los «bartolomicos» recibían docencia de los profesores de la Universidad, obtuvo el grado de licenciado en Cánones, equivalente hoy a la suma de Derecho Canónico y Derecho Civil. Todavía colegial, ejerció de inquisidor en los primeros años de actuación del Tribunal del Santo Oficio en la ciudad del Tormes.
En marzo de 1491, hallándose los reyes en Sevilla con los preparativos del asedio a Granada, fue nombrado miembro del Consejo Real, órgano colegiado en el que desempeñaron una importantísima labor los juristas, letrados o «legistas», aquellos «hombres medianos» (no aristócratas ni nobles), elegidos por los reyes, procedentes casi todos de los Colegios Mayores. De San Bartolomé de Salamanca y de la Santa Cruz de Valladolid egresarían bachilleres, licenciados y doctores en Derecho, esto es, letrados, que en su mayoría ocuparon altos cargos en la administración. Entre los legistas sobresalió el Licenciado Malpartida, quien desde su nombramiento fue uno de los consejeros destacados y permaneció en el Consejo Real hasta el final del efímero reinado de Felipe el Hermoso y Juana la Loca.

Por decisión de la reina Isabel, el Consejo le encargó revisar, reformar y codificar las Ordenanzas o Leyes de la Mesta, que culminó en el Concejo de Berlanga de 1499. Tras el éxito de la compilación, el «distinguido legislador Malpartida» (en palabras de Julius Klein) llega por nombramiento real a Presidente del Honrado Concejo de la Mesta, cargo creado por los RRCC en 1500 y que se le asignaba al miembro más antiguo del Consejo Real. Otra prueba del «gran lugar que tuvo cerca de los reyes» así como de sus aptitudes, sabiduría y prudencia, fue la designación como Gobernador de los reinos de Castilla y León, en 1500, cargo que desempeñó mientras los monarcas sofocaban en Granada los primeros levantamientos moriscos.
Francisco de Malpartida tomó el estado eclesiástico en edad madura y fue confesor de la reina. Rechazó la dignidad episcopal y fue canónigo de Jaén. En la vejez se retiró a la Capellanía Mayor de los Reyes Nuevos de la Santa Iglesia de Toledo, ciudad en la que murió el 1 de julio de 1512, año de la publicación de la ‘Biblia Políglota de Alcalá’ o ‘Complutense’, e inicios de una década en que varios paisanos suyos marchaban a la conquista y a la exploración de nuevos territorios americanos. Fue inhumado en la entrada de la Capilla Real como él había dispuesto en vida, y en la sepultura figuraban las armas de los Anaya, es decir, las de su colegio de San Bartolomé, que había sido fundado en el año 1401 por don Diego de Anaya Maldonado, arzobispo de Sevilla.
Jurista, teólogo, inquisidor, miembro del Consejo Real, Presidente del Concejo de la Mesta, gobernador de los reinos de España, confesor de la Reina Católica, canónigo, capellán mayor… Tal fue la trayectoria de un hombre de extracción humilde y adornado por la virtud de la modestia. Por ello «sobresalió influyendo en la corte de doña Isabel, donde tuvo un buen nombre». O lo que es lo mismo, gozó de buena fama, concepto de capital importancia y consideración en el siglo XV.
Por voluntad propia, la buena fama ganada en su tiempo quedaría unida por los siglos a su patria chica, cuyo pabellón elevó a cimas muy altas. Al igual que Nebrija, el Brocense y otros hombres eminentes, Francisco Sánchez sintió el orgullo de ser conocido por el nombre del lugar de nacimiento, en su caso una aldea de 180 vecinos pecheros, dependiente de Plasencia en el sexmo del Campo Arañuelo: Malpartida (de Plasencia). Así fue el ilustre personaje Francisco Sánchez de Malpartida, el Licenciado Malpartida o Malpartida, sin más.