Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida tierra. No tenía Miguel la luz cenital del Sur como los poetas rectilíneos de Andalucía sino una luz de tierra, de mañana pedregosa, luz espesa de panal despertando. Con esta materia dura como el oro, viva como la sangre, trazó su poesía duradera. ¡Y éste fue el hombre que aquel momento de España desterró a la sombra! ¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su cárcel mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como ejemplo de corazón purísimo! ¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!
Pablo Neruda
Y encontraban los días,que derriban las puertas,mis abarcas vacías,mis abarcas desiertas.
Nunca tuve zapatos,ni trajes, ni palabras:siempre tuve regatos,siempre penas y cabras.
Me vistió la pobreza,me lamió el cuerpo el río,y del pie a la cabezapasto fui del rocío.
Por el cinco de enero,para el seis, yo queríaque fuera el mundo enterouna juguetería.
Y al andar la alboradaremoviendo las huertas,mis abarcas sin nada,mis abarcas desiertas.
Ningún rey coronadotuvo pie, tuvo ganapara ver el calzadode mi pobre ventana.
Toda la gente de trono,toda gente de botasse rió con enconode mis abarcas rotas.
Rabié de llanto, hastacubrir de sal mi piel,por un mundo de pastay un mundo de miel.
Por el cinco de enero,de la majada míami calzado cabreroa la escarcha salía.
Y hacia el seis, mis miradashallaban en sus puertasmis abarcas heladas,mis abarcas desiertas.
Aquí, castigando el campocon el pie, por las besanas,entrañable como un surco,crespo como un Guadarrama,un hombre abundante de hombrede un empujón se levanta.Valentín tiene por nombre,por boca un golpe de hacha,por apellido Gonzálezy por horizonte España.
Aquí, entre muertos y heridosy alrededor de las balas,fieramente se pasea,castellanamente habla.Con el aire de sus hombrosla atmósfera se huracana.Sus labores son de guerray de muerte sus campañas.Ha matado muchas bestiasy quiere acabar la casta.
Su actitud de león,negro el pelo, roja el alma,recorre al sol de la pólvoralas anchuras castellanas,y el corazón, de tan ancho,se le sale por las mangas.Lleva, como la maderadel noble y de la carrasca,revuelta la sien oscuray masculina la savia,que por los tempestuososojos le bulle y le salta.
Lleva el pecho como un monte,lleva la boca con rabia,y una ráfaga de sombradando vueltas a su barba.Miradlo cómo relucecuando dice una palabra.Ante este varón del pueblo,hasta las piedras más bravasdébiles y sin defensase sienten y se desgranan.
La cobardía lo esquivay el valor duerme en su casa.Hombre que seguís a este hombrepor laberintos que marchana páramos de derrotaya viñas de triunfo y palma:que sus cejas de coraje,y su frente de arroganciay su piel de valentíahallen eco en vuestra cara.
Con él ganaréis Castilla,con él ganaréis Españaa los de la moreríay a los de la canallada:con él podremos ganartoda la tierra del mapa.Yo he de cantar sus proezas,yo he de romper mi gargantaen alabanza al puebloy al hombre de sus entrañas,hasta que queden de mílos restos de una guitarra.Hombres que nunca veía,porque no tengo bastantes
ANDALUZAS
Andaluzas generosas,nietas de las de Bailén,dad a los verdugos fosasantes que fosas nos den.
ANDALUZAS
Andaluzas generosas,nietas de las de Bailén,dad a los verdugos fosasantes que fosas nos den.
Parid y llevad ligerashijos a los batallones,aceituna a las trincherasy pólvora a los cañones.
Sembrada está la simiente:y vuestros vientres daráncuerpos de triunfante frentey bocas de puro pan.
Las puertas son del cielolas puertas de Madrid.Cerradas por el pueblonadie las puede abrir.Cerradas por el pueblonadie las puede abrir.
El pueblo está en las callescomo una hiriente llave,la tierra a la cinturay a un lado el Manzanares;la tierra a la cinturay a un lado el Manzanares. ¡Ay río Manzanaressin otro manzanarque un pueblo que te hacetan grande como el mar!Que en pueblo que te hacetan grande como el mar.
La guerra, madre: la guerra.Mi casa sola y sin nadie.Mi almohada sin aliento.La guerra, madre: la guerra.Mi almohada sin aliento.La guerra, madre: la guerra.
La vida, madre: la vida.La vida para matarse.Mi corazón sin compaña.La guerra, madre: la guerra.Mi corazón sin compaña.La guerra, madre: la guerra.
¿Quién mueve sus hondos pasosEn mi alma y en mi calle?Cartas moribundas, muertas.La guerra, madre: la guerra.Cartas moribundas, muertas.La guerra, madre: la guerra.
Como una piel de toropeninsular, sonora,como un radiante puñoque dilatara el tiempo,dio sobre el mar y el aguase sintió más hermosa.Su piel quedó extendiendosu exaltada fronterafósil, y devorandoascuas, luz de siempre.
Fue el sol: la sed profundadel sol por la hermosura.El sol fue desprendiéndosede su mejor pedazo,de su carne más íntimay la trajo a sus pies.
Y aquí trajo el mercuriosus temblores extraños,y aquí el zinc y aquí el plomodesplegaron sus avesde vuelo sumergido,y el acero y el broncesu masculino ceño.
Aquí hizo nido el truenoy el pedernal y el mármol.La vida mineralvio esconderse el carbónen su cuerpo crispado,y el caballo y el torola juventud más bravadespertaron al duelode los cuerpos aquí.
España, España, España,carne, solar materia.
Halló la agriculturasu cuerpo más porosoen ti, y halló en seguidala patria del naranjoy el centro del olivo.
Eres toda de sol.Te empuja la alegría,te detiene en la muerte,en el trigo, en la pena,y todo en ti es de vida,de solares cumplidos.El día es tu riqueza.
Vientos del pueblo me llevan,vientos del pueblo me arrastran,me esparcen el corazóny me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,impotentemente mansa,delante de los castigos:los leones la levantany al mismo tiempo castigancon su clamorosa zarpa.
No soy de un pueblo de bueyes,que soy de un pueblo que embarganyacimientos de leones,desfiladeros de águilasy cordilleras de toroscon el orgullo en el asta.Nunca medraron los bueyesen los páramos de España.¿Quién habló de echar un yugosobre el cuello de esta raza?¿Quién ha puesto al huracánjamás ni yugos ni trabas,ni quién al rayo detuvoprisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,vascos de piedra blindada,valencianos de alegríay castellanos de alma,labrados como la tierray airosos como las alas;andaluces de relámpagos,nacidos entre guitarrasy forjados en los yunquestorrenciales de las lágrimas;extremeños de centeno,gallegos de lluvia y calma,catalanes de firmeza,aragoneses de casta,murcianos de dinamitafrutalmente propagada,leoneses, navarros, dueñosdel hambre, el sudor y el hacha,reyes de la minería,señores de la labranza,hombres que entre las raíces,como raíces gallardas,vais de la vida a la muerte,vais de la nada a la nada:yugos os quieren ponergentes de la hierba mala,yugos que habéis de dejarrotos sobre sus espaldas.Crepúsculo de los bueyesestá despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidosde humildad y olor de cuadra:las águilas, los leonesy los toros de arrogancia,y detrás de ellos, el cieloni se enturbia ni se acaba.La agonía de los bueyestiene pequeña la cara,la del animal varóntoda la creación agranda.
Si me muero, que me mueracon la cabeza muy alta.Muerto y veinte veces muerto,la boca contra la grama,tendré apretados los dientesy decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,que hay ruiseñores que cantanencima de los fusilesy en medio de las batallas.
Nace, como la herramienta,a los golpes destinado,de una tierra descontentay un insatisfecho arado.
Entre estiércol puro y vivode vacas, trae a la vidaun alma color de olivovieja ya y encallecida.
Empieza a vivir, y empiezaa morir de punta a puntalevantando la cortezade su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y sientela vida como una guerra,y a dar fatigosamenteen los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,y ya sabe que el sudores una corona gravede sal para el labrador.
Trabaja, y mientras trabajamasculinamente serio,se unge de lluvia y se alhajade carne de cementerio.
A fuerza de golpes, fuerte,y a fuerza de sol, bruñido,con una ambición de muertedespedaza un pan reñido.
Cada nuevo día esmás raíz, menos criatura,que escucha bajo sus piesla voz de la sepultura.
Y como raíz se hundeen la tierra lentamentepara que la tierra inundede paz y panes su frente.
Me duele este niño hambrientocomo una grandiosa espina,y su vivir cenicientorevuelve mi alma de encina.
Lo veo arar los rastrojos,y devorar un mendrugo,y declarar con los ojosque por qué es carne de yugo.
Me da su arado en el pecho,y su vida en la garganta,y sufro viendo el barbechotan grande bajo su planta.
¿Quién salvará este chiquillomenor que un grano de avena?¿De dónde saldrá el martilloverdugo de esta cadena?
Que salga del corazónde los hombre jornaleros,que antes de ser hombres sony han sido niños yunteros.
Jornaleros que habéis cobrado en plomosufrimientos, trabajos y dineros.Cuerpos de sometido y alto lomo:jornaleros.
Españoles que España habéis ganadolabrándola entre lluvias y entre soles.Rabadanes del hambre y el arado:españoles.
Esta España que, nunca satisfechade malograr la flor de la cizaña,de una cosecha pasa a otra cosecha:esta España.
Poderoso homenaje a las encinas,homenaje del toro y el coloso,homenaje de páramos y minas poderoso.
Esta España que habéis amamantadocon sudores y empujes de montaña,codician los que nunca han cultivado esta España.
¿Dejaremos llevar cobardementeriquezas que han forjado nuestros remos?¿Campos que ha humedecido nuestra frente dejaremos?
Adelanta, español, una tormentade martillos y hoces: ruge y canta.Tu porvenir, tu orgullo, tu herramienta adelanta.
Los verdugos, ejemplo de tiranos,Hitler y Mussolini labran yugos.Sumid en un retrete de gusanos los verdugos.
Ellos, ellos nos traen una cadenade cárceles, miserias y atropellos.¿Quién España destruye y desordena?¡Ellos!¡Ellos!
Fuera, fuera, ladrones de naciones,guardianes de la cúpula banquera,cluecas del capital y sus doblones:¡fuera, fuera!
Arrojados seréis como basurade todas partes y de todos lados.No habrá para vosotros sepultura,arrojados.
La saliva será vuestra mortaja,vuestro final la bota vengativa,y sólo os dará sombra, paz y cajala saliva.
Jornaleros: España, loma a loma,es de gañanes, pobres y braceros.¡No permitáis que el rico se la coma,jornaleros!